Viernes sin fin
Estaba
en la cama descansando, después del día anterior en el hospital, quedé agotada,
exhausta y con aún un poco de dolor de cabeza y estómago. Aún no lo sabemos muy
bien qué me pasa. Pues bien, después de un rato descansando, me llama mi
hermana por el teléfono:
-
¿Sary?
-
¿Qué haces llamándome? ¿No tienes clase?
-
No, ya no. Oye, ¿qué es eso de que Ana y Roni
van a ir a verte esta tarde a visitarte?
Me quedé en shock. ¿Iba en serio? Es cierto que el otro
día les dije a las dos que estaba en urgencias y que estaba esperando a ver que
me decían y Roni me dijo que si no venía al instituto, que vendría a visitarme.
¡Claro! ¡Se me había olvidado haberla escrito diciéndola que ya había salido de
urgencias! Era un tanto embarazoso. Cuando mi hermana llegó, le conté la
situación y que ella les había dicho que yo estaba en casa. Y me contó un hecho
que me pareció curioso: veréis, Roni me había invitado a ir a Córdoba en Semana
Santa y había bromeado de que me iba a llevar a muchas fiestas, cuando Silvia reprendió
que ella me podía llevar a Salamanca y que me iba a cuidar mejor que Roni. Mi
hermana me dijo después que cuando Silvia se había ido, Roni fue hacia mi
hermana y le dijo que era una broma, que sí que cuidaría de mí. Al final, llamé
a Roni sobre las 2 y me dijo que tenía que hablar con Ana, para ver cuando
quedaban.
Pasó
un rato. Me llamó. Me dijo que a las 5 y cuarto estarían. Lo cierto es que
agradecí mucho su visita. Lo de Silvia, si os digo la verdad, me mosqueó
bastante. Ella no tenía derecho a decidir sobre mí. Solo porque lo dijo Roni,
ya va ella y, por yo que sé, decide que me quiere invitar a ir a Salamanca. Y
encima sin hablar conmigo. Aunque lo más seguro es que mis padres no me dejen
ir. Lo que es una lástima. Me encantaría ir con Roni. Pero aún soy un poco
pequeña… En fin, que me voy por las ramas. Lo que iba contando. A las 5 ya
estaban en casa. Roni conoció a mi madre, que la parecía majísima (menos mal
que no sabía aún que era mi novia), y pasó al cuarto de mi hermana. Me dio un
abrazo bien fuerte. La verdad es que me enamoró verla. A ver, no soy
superficial ni nada de eso. A mí Roni me gusta por su personalidad. Pero ese
día, llevaba una sudadera y unos pantalones cortos con unas medias y se había
maquillado (cosa que suele hacer con bastante frecuencia). Y, ¿para qué
negarlo? Estaba guapísima. Aparte de que hacía dos días que no la había visto y
había sobrevivido por Tuenti a través de nuestras conversaciones y sus
preocupaciones por mí. Para mi sorpresa, mi hermana (que por cierto aún no os
he dicho cómo se llama. Mi hermana se llama Lucía y es mayor que yo) empezó a
hablar por Skype, después de que Roni contase algunos chistes y hubiéramos
hecho una pequeña ronda de baile. Lucía habló con Laura (que es otra amiga que
va en nuestro grupo. Es la mayor) de que iba a venir a visitarme. Así, que
nada, después de una media hora o así, vino Laura y, seguidamente, Silvia.
Cuando llegó ésta, todas mis amigas se dieron abrazos, pero Silvia no me lo dio
a mí. Llevaba una botas con un poco de tacón, así que parecía un poco más alta
de lo normal, que ya lo es de por sí. En un momento, les enseñé mi habitación a
Ana y a Roni, que era la primera vez que estaban allí. En otro rato, Roni vino
conmigo:
-
¡Wow! Menudas vistas. En mi cuarto, no hay mucho
que ver.
-
Sí, bueno. Es un paisaje bonito- la abracé por
detrás. Ella se sujetó de mi abrazo- Estás muy guapa.
-
Gracias.
-
Perdona no habértelo dicho antes, tenía unas ganas
de decírtelo….
Ella
sonrió. Me encantó que lo hiciese, porque es lo único que quiero para ella.
Después se dio media vuelta, nos fuimos un poco más cerca de mi mesa de
escritorio y nos abrazamos. Duró mucho nuestro abrazo, lo estaba pasando genial
porque estaba ella cuando de repente…. Entró Silvia. ¡Qué inoportuna! Nos
separamos de inmediato.
-
Vale… No he visto nada- A mí me dio un poco de
apuro. Roni se encogió de hombros y siguió admirando las vistas. Luego tuvimos
que volver a la habitación, pero Silvia, en toda la tarde, no nos volvió a
mirar de la misma manera. A ninguna de las dos, en realidad. Y mira que hubo
bastantes buenos momentos, hubo un momento en el que las dos incluso, estaban
un poco mal. Pero olvidamos ese detalle hasta que por fin, caída ya la tarde,
tuvimos otro momento a solas, donde volvimos a hablar:
-
¿Se lo has contado a alguien?
-
Bueno, mi hermana ha acabado por enterarse.
-
¿Cómo ha ocurrido?
-
Bueno….
Flasback….
-
Oye, Sary,
¿cómo es que le contaste a estas que estabas en el hospital?
-
Pues nada,
como era el canguro matemático para contarles que no iba…
-
Ah, es que
hoy en el instituto ha ocurrido una cosa muy extraña.
Después de contarme lo de Amelia, me enfadé
mucho y lo sentía mucho por Roni.
-
Sary,
¿pasa algo?
-
No, ¿qué
va a pasar?
-
Que te
conozco, puedes contármelo.
Me quedé pensando bastante. Todos habían
empezado a verme un poco más soñadora, pero ninguno habría imaginado que estaba
saliendo con Roni. Le conté que había contado a Roni que me gustaba Silvia, que
ésta se había sorprendido bastante y que ya sospechaba algo. En fin le conté
todo lo que había pasado hasta el momento. La parte del beso fue la que más me
costó contarle. Al principio, Lucía dijo algo sobre un trío amoroso, yo me
quedé con cara de ¿qué me estás contando? Y que ahora salía con Roni….
Fin del flashback
-
¿Tú se lo has contado a alguien?
-
Sí. a mi hermano. Tú cuando quieras contárselo a
alguien, ya sea a tus padres o a tus amigas… da igual. No importa lo que
tardes.
-
Está bien.
Fuimos
a dar otra vuelta, nos quedamos en una rampa, nos tumbamos. Mirábamos un
chándal tendido. Nos acurrucamos un poquito más y seguimos observando al son de
la música de Roni. De rato en rato la miraba. Ella me observaba de reojo.
-
¿Qué sientes ahora?- la pregunté.
-
Calma y tranquilidad.
Silencio.
Música de fondo. La toqué la mejilla. Ella sonrió. Seguimos con los ojos en el
cielo. La besé la mejilla. Miré atrás. Tenía unas ganas de volver a besarla,
pero estas estaban en las escaleras y no podían vernos. La miré. Me observó.
Volvió a sonreír. Notó que yo empezaba a sentir frío. Se quitó su chaqueta. Me
tapó con ella. Las dos cerramos los ojos…
-¡Eh,
chicas!
Era
mi hermana. Silvia y ella nos miraban. Tardé en quitarme la chaqueta que Roni
me había dejado, pero se la devolví. Seguimos andando. Estas se fueron.
Caminamos juntas, sin darnos de la mano.
La quité el móvil.
-
Sary, devuélveme el móvil.
-
No….
-
Sary… Pero bueno…- la devolví el móvil con gesto
divertido- así está mejor. A los adultos hay que respetarles
-
Tienes dos años más que yo.
-
Ya lo sé.
-
Como eres…- y nos reímos.
Después,
charlamos en el garaje. En un momento, la expresé que tenía miedo de
fastidiarlo todo, pero ella me dijo que no lo iba a hacer.
-
¿No te cansarás sabiendo que no lo voy a contar
durante meses?
-
No, ya
sabes que te dejaré tu tiempo. De verdad, Sary, no te preocupes. Estoy acostumbrada a estas cosas.
Nos
estuvimos contándonos nuestras experiencias. Dijo que ella era muy protectora y
que no aguantaba que la gente se metiese con sus seres queridos. Yo no quería
que tuviese peleas por mí. Después de una llamada de mi hermana, salimos del
escondite. Pero enseguida volvimos a estar solas, lo justo para volver a darnos
otro abrazo cariñoso. Yo cuando quiero, soy muy mimosa y muy cariñosa. Bueno,
para que engañar, la mayor parte del tiempo. Solo que no siempre lo demuestro.
Me lo pasé genial con ella. Aunque al final, mis padres averiguaron nuestra
relación y aunque, la aceptaron, sé que les va a costar un poco. En el fondo.
Pero es como todo. Las cosas, si son poco a poco, mejor.
Ohhh!!! Qué bonito, tu historia se empieza aponer interesante, me alegra que os vaya tan bien a ambas.
ResponderEliminarSaludos ;)
Preciosa la entrada llevo días intentando conectarme pero no he tenido Internet hasta hoy :)
ResponderEliminarEnhorabuena la entrada es una preciosidad :)
Mil besooss
Nos leeemos